Soria y Tasartico, aventura en Gran Canaria (2017)
Viernes, un fin de semana nuevo, 48 horas por delante ¡Vámonos de aventura por Gran Canaria!

Se estaba haciendo tarde, era viernes y me quedé trabajando hasta las 18:00pm, emepzaba el fin de semana. Joel había quedado en recogerme a las 17:30pm, todo mi equipaje ya estaba preparado para salir de aventura.
Salimos con el tiempo muy justo, se escapaba el sol y no sabíamos ni donde ni como íbamos a pernoctar. No teníamos rumbo fijo, pero lo que sí teníamos eran ganas de pasarlo bien y disfrutar de buena compañía. No íbamos a tener mucho tiempo para decidir qué hacer y nos lo jugaríamos todo a una carta, la aventura estaba servida, ¿cómo acabaría esto?

Joel acaba llegando a las 18:20 pm . Desde "Sonneland" nos dirigimos a "El Pajar" (Arguineguín) a recoger al tercer componente de esta aventura, "Sergi". Tras dos minutos de charla en el coche sobre dónde dirigirnos aparcados en la cuneta de "El Pajar" vemos un cartel que indica “Presa de Soria”, lo interpretamos como una señal, y así, sin tenerlo muy claro nos pusimos rumbo a Soria, tendríamos muy poco tiempo para encontrar un refugio para esa noche.

Aparcamos en un punto de acceso restringido, cargamos con los bultos y literalmente a ojo señalamos una cueva como destino para nuestra noche. Ahora sí que faltaba menos de una hora para la caída de la luz, ¡tic,tac!

Tras un tramo de treinta intensos minutos llegamos a la cueva, para nuestra sorpresa estaba muy bien acondicionada y permitiría dormir en una posición cómoda, tampoco teníamos otra opción, pues la noche caería diez minutos más tarde, y ya era tan peligroso como estúpido retroceder o buscar un nuevo lugar, es lo que pasa cuando haces las cosas un poco a lo loco, pero la falta de planificación y la búsqueda de la aventura "in situ" dio sus frutos. Ademñas teníamos unas cuantas cervezas para la velada estelar.

Hacía un calor infernal, una de estas noches de calima veranigeas que dan mucho asco, sumado a algunos mosquitos se complicaba conciliar el sueño, al final, tras un par de horas y agotar todas las reservas de líquidos conseguimos dormir.

Por la mañana inspeccionamos un poco el terreno, ya que por la noche no habíamos tenido tiempo. Desde luego el lugar y las vistas eran una pasada.



Hora de partir hacia nuestro destino, ¿dónde sería?, ni idea, sólo sabíamos que costa y el suroeste de la isla parecía ofrecer lo que buscábamos, mar y fresco, el calor no paraba de aumentar y la montaña no brindó su clásico fresco nocturno. A eso de las 14:00pm del sábado y tras comer en “Casa Miguel” (Cercados de Espino), este tío hace las mejores papas con mojo que he comido, nos fuimos para Tasartico, tocaba darse unos baños en una de las costas más salvajes y menos explotadas de la isla.


"CASA MIGUEL" EN CERCADOS DE ESPINO TIENE EL QUE PARA MI ES EL MEJOR MOJO DE LA ISLA


A nuestra llegada a Tasartico sentimos una decepción importante; viento, la puta “microalga” (por ponerle un nombre) y un cielo gris feísimo causado por la calima. Pero estábamos muy positivos, nada nos iba a joder nuestro fin de semana de aventura. Así que tocaba buscar un plan B.

Saliendo de donde pensábamos acampar sin ningún tipo de permiso nos dimos de frente con un camping privado justo al lado de la playa, en la isla hay un montón de campings para caravanas, furgos y campistas, pero es un concepto de campeo bastante alejado al que podrás encontrar en la península, algunas parcelas parecen chiringuitos de escopeta de feria, con su tema de Camela versión electrónica incluida.

Parecía una posibilidad, nos miramos y pensamos que no sería mala del todo, algo nuevo ya que nunca había pernoctado en cámping privado, nos cobraban 15 euros (3 personas) por la parcela, con derecho a uso de instalaciones. Como la noche se presentaría simple pensamos que si bebíamos cerveza como animales podríamos recrear un capítulo de una de nuestras series favoritas, “Trailer Park Boys”, así que nos pusimos manos a la obra. Fiamos unas cervezas en el bar del cámping, que no tiene luz corriente y funciona con un motor eléctrico que encienden a eso de las 20:00 horas, cuando la luz natural se marcha. A beber cerveza al puro estilo redneck, una vuelta a la adolescencia en toda regla.




Volvimos a cenar otro queso que compramos en una cooperativa agrícola de Mogán y un pan casero de Soria, un puto manjar de reyes.

Al final nos jodimos 30 latas de cerveza y cumplimos nuestro objetivo, o por lo menos yo me sentía como el puto Ricky de TPB. La resaca por la mañana fue de espanto.
NADA COMO UN BUEN BAÑO PARA QUITAR LA RESAQUILLA, EL AGUA ESTABA BASTANTE LIMPIA ESA MAÑANA





Ya era domingo, olíamos a tigre de bengala tras la turra de todo el finde. Momento de volver a casa, pegarse una buena ducha y preparar una nueva semana, pero desde luego habíamos cargado las pilas, mi barra de energía había vuelto a subir.

¿Quieres seguir descubriendo lugares con encanto en Gran Canaria? Pincha y sigue viendo aventuras